Décadas sin colectivos en Junín

Cuando el último intento que significó “La Huella” cerró las puertas, allá por mediados de la década de los años ’90, los colectivos pasaron a ser un recuerdo en Junín.

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Con algunos intentos esporádicos para su resurgimiento, que en ningún caso tuvo éxito, hoy la ciudad sigue esperando por un servicio de transporte público.

Según las últimas noticias brindadas por el propio intendente Pablo Petrecca, se estima que desde este año comenzará a ser realidad un nuevo emprendimiento. Serán tres las líneas de colectivos que estarán prestando el servicio en todo Junín, y por eso, ya se están colocando 85 postes y 38 refugios.

Todos apuestan a este nuevo proyecto, dado que una parte fundamental –la económica- será cubierta por la Nación, a través del subsidio del combustible de las unidades que recorrerán la ciudad.

Según está previsto, habrá una tarjeta SUBE que contemplará beneficios para los que más necesitan, y está prevista una mayor inversión en bicisendas, semaforización y reductores de velocidad.

Los que se fueron

Los colectivos se iniciaron en Junín a principios de la década del ’50 y se mantuvieron por más de treinta años, con un completo y eficiente servicio que brindaban cuatro líneas, identificadas por colores: verde, rojo, blanco y azul. Habían arrancado la historia las firmas Ciudad de Junín y El Obrero.

Los juninenses se desplazaban de un sector a otro de la ciudad y se iban agregando barrios que iban surgiendo con el tiempo, para llegar a todos los sectores poblados de la ciudad, adaptando los horarios a las nuevas exigencias.

Desde las 6 de la mañana y hasta las 22 de cada día, la imagen de los colectivos poblaba cada rincón juninense. Sus viejos propietarios estiman que se cortaba un promedio de 1700 boletos diarios.

Los primeros que desaparecieron a mediados de los años ’80 fueron los rojos, seguidos por los azules, por el descenso en la cantidad de pasajeros que se trasladaban y las pocas unidades que contaban. En pie quedaron las otras dos líneas, pero también debieron cerrar la persiana cuando el trabajo dejó de ser rentable.

En los primeros años de la década del ’90, se intentó restablecer el transporte público. Desde el gobierno del entonces intendente Abel Miguel se llamó a licitación y fueron dos las empresas que se interesaron: “Microómnibus del Salado” y “La Huella”, aunque sólo esta última pudo subsistir por unos años, hasta que de la noche a la mañana levantó campamento y dejó de prestar el servicio.

Sus empleados quisieron formar una cooperativa entre los años 2001 y 2002, pero no lograron mantener la propuesta.

Hacia el final del gobierno de Mario Meoni, se hizo otro intento con el servicio de José Luis Pepa, encargado del recorrido a la Laguna de Gómez, que se extendió hasta la Plaza Sarmiento: funcionó apenas dos o tres meses y dejó de prestarse, en virtud de la falta de interés que despertaba.

Subsidio de combustible

A raíz de su promesa de campaña, el tema transporte público representa una obsesión para el gobierno de Pablo Petrecca. El año pasado anunció algo vital para posibilitar el inicio: el subsidio del combustible por parte de la Nación, por dos años.

“Somos el único municipio del país que ha logrado la firma de una resolución por la cual vamos a tener el subsidio de combustible para aquella empresa que preste el servicio. Esta era una traba muy importante para los empresarios y va a ser una ayuda importantísima para quien asuma el desafío”, señaló el jefe comunal.

Su intención es que los colectivos lleguen y se queden para siempre en la ciudad.

Además, se prevé un 55% de descuento en la tarifa para jubilados y pensionados que cobren hasta dos haberes mínimos; beneficiarios de pensiones no contributivas; monotributistas sociales; beneficiarios del plan Argentina Trabaja; beneficiarios de asignaciones familiares (incluyendo la Asignación Universal por Hijo); trabajadores registrados en el servicio doméstico; ex combatientes de Malvinas y beneficiarios del plan Progresar.

Preparación

Estos dos años de gobierno transcurridos sin concreciones no fueron perdidos para Pablo Petrecca. El intendente considera que antes de que los colectivos se lancen a las calles, debía llevarse adelante un plan de instalación de reductores de velocidad, a partir de un mapa de siniestros.

También era necesario cumplir con un plan de semaforización, para controlar la velocidad y hacer el tránsito peatonal más seguro.

Para concluir, ya se están instalando refugios (paradas), donde los vecinos puedan aguardar la llegada del nexo que los trasladará a escuelas, centros de salud, bancos, oficinas y comercios.

Los altos costos de taxis, que hoy tiene a 20 pesos la bajada de bandera y cobran 2 pesos por ficha/cuadra recorrida, hacen indispensable que aquellos que ni siquiera cuentan con una moto o bicicleta para desplazarse, tengan la oportunidad de hacerlo a través de una tarifa más accesible.

 

 

Fuente: http://www.laverdadonline.com/noticias/locales/decadas-sin-colectivos